Con la llegada del verano nos relajamos y cambiamos muchos de nuestros hábitos. Y ello conlleva que cambiemos muchos de nuestros habitos de higiene, o por circustancias o dejadez, muchas veces olvidamos cepillar nuestros dientes. Todo ello unido a cambios en nuestra alimentación, y un aumento del picoteo entre horas, de helados y consumo de refrescos, hace que la época estival sea un periodo en el que se multiplican los problemas dentales.
El principal problema que afecta a neustros dientes en verano es por el cambio de alimentación. Comemos entre horas, seguimos una dieta menos equilibrada de lo normal y con más contenido en grasas y azucares. Y además como suele ser fuera de casa descuidamos los hábitos de higiene. No nos cepillamos los dientes después de comer y eso daña nuestros dientes.
Al igual que alteramos nuestra dieta también nos olvidamos de hidratarnos correctamente, a la vez que aumentamos el consumo de refrescos. Eso puede provocar la aparición y el agravamiento de problemas bucodentales porque no producimos tanta saliva. Y la saliva ayuda a combatir la placa y nos protege de infecciones.
A ello hay que sumar los problemas que conlleva el consumo de bebidas gaseosas, carbonatadas y con alto contenido en azúcares. Esto puede provocar un aumento de las caries y del tintado de las piezas dentales.
¿Cuáles son los principales problemas dentales que aparecen en verano? Una molestia bastante común es la sensibilidad dental, debido al fuerte incremento de consumo de alimentos y bebidas frías. Otro problema muy habitual es la aparición de caries, por el aumento del consumo de azúcares, seguido de la gingivitis o sangrado de encías, por una mala higiene bucodental.
¿Qué hacer para evitarlo?
Si quieres que el verano no pase factura a tus dientes, es conveniente seguir los siguientes consejos:
- Lleva siempre contigo un kit de cepillado. Así podrás cepillar tus dientes después de cada comida y no dejarás pasar mucho tiempo para cuidar tu higiene. Y si no te acuerdas del cepillo, masca un chicle sin azúcar después de comer.
- Cuida la dieta. Intenta mantener una dieta equilibrada siempre que puedas. El verano está para cometer algún exceso, pero es importante que mantengas una ingesta adecuada de frutas y verduras y productos ricos en calcio. Y no te olvides de beber, al menos 1,5 litros de agua, para hidratarte correctamente.
- Bebe con pajita. Para reducir los efectos del gas y del azúcar de los refrescos o granizados lo mejor es consumirlos con pajitas para evitar un mayor desgaste del esmalte dental.
- Cuidado con el cloro de las piscinas. Pasar mucho tiempo dentro de la piscina puede manchar y dañar tus piezas dentales debido a los productos químicos que se utilizan para cuidarlas.
- Vigila a los niños. Las vacaciones de verano son muy propensas a accidentes dentales. Fracturas, dientes astillados, pérdidas de piezas son muy frecuentes debido a que se lanzan a la piscina sin mirar la profundidad o por correr alrededor de la misma estando resbaladiza.
- Protege tus dientes. En verano nos animamos a practicar deporte con los amigos. Baloncesto, fútbol, tenis… protege tus dientes, sobre todo si vas a hacer deporte de contacto, con protectores dentales.
Visita al dentista después de las vacaciones. Para estar seguro de que el verano no ha pasado factura a tus dientes, acude a tu clínica dental para una revisión. Así te aseguras que todo está cor