Caries en los dientes de leche, importancia y como prevenirlas
Circulan muchos falsos mitos sobre los dientes de leche. Y alguno de ellos tiene que ver con la caries: que si no corren el riesgo sufrir caries, que si tienen caries no es importante porque se caerán y el problema desaparece… Creencias erróneas que afectan a la higiene dental y pueden causar muchos problemas.
Los dientes de leche sí pueden sufrir caries. Pueden aparecer desde el mismo instante en que surgen los primeros dientes en la boca del niño. De hecho, según la Sociedad Española de Odontopediatría, casi un 20% de los niños de entre 2 y 4 años tiene al menos una carias que no ha sido tratada por un especialista, siendo la enfermedad infecciosa más común de la infancia. Por ello la prevención y la rapidez con la que se trate será clave para evitar problemas a los dientes definitivos, que están por debajo de los de leche.
¿Cómo afecta la caries en los dientes de leche a los niños? Un diente en mal estado, por la erosión bacteriana de la caries, produce mucho dolor. Además afecta a la forma de masticar y deglutir, al sueño, a la manera de hablar y jugar del niño y todo ello influirá en su autoestima. A ello se une que si hay una infección se puede transmitir a los dientes definitivos que están debajo. Y así pueden salir con malformaciones, manchas o lesiones secundarias.
¿Por qué aparecen las caries en los niños? Puede haber una predisposición a sufrir esa patología, aunque los factores más habituales suelen ser unos higiene oral insuficiente, unos hábitos alimenticios incorrectos, la transmisión de bacterias a través de la saliva de los padres o por una visita tardía al odontólogo.
¿Cómo puedo prevenir su aparición?
Lo principal es evitar los principales factores que causan las caries:
- No abusar de dulces ni de bebidas azucaradas ni de los hidratos de carbono. También es importante no mojar el chupete en azúcar, miel o líquidos dulces.
- Llevar una buena alimentación. Hay alimentos ricos en fibra que son buenos para prevenir la caries como las zanahorias, las manzanas o el pan integral. Además favorecen la secreción salival al requerir una masticación enérgica y eso ayuda a la autolimpieza, porque obstaculiza la formación de placa bacteriana y porque la fibra arrastra los restos de alimentos que puedan quedar entre los dientes.
- Evitar la alimentación mientras el niño duerme. Muchas veces se deja dormir al bebé con un biberón de leche o con algún líquido azucarado. Es un error que hace que aparezca la caries.
- Llevar una buena higiene dental. Hasta el primer año de edad hay que limpiar los dientes con una pequeña gasa. Después de esa etapa hay que empezar a utilizar un cepillo pequeño, con un poco de pasta de al menos 1.000 ppm de flúor. Y a partir de los tres años se aumenta esa cantidad en un cepillo de cabezal pequeño y cedras suaves, después de cada comida. Además de mantener la higiene dental, el niño cogerá el hábito para cuando sea mayor y lo pueda hacer él solo.
- Visitas periódicas al dentista. A partir del primer año es fundamental empezar a visitar al odontólogo para prevenir la aparición de caries o para detectar posibles anomalías y poder solucionarlas a tiempo. En Amora Clínica Dental nuestro equipo de profesionales revisará la boca de tus hijos y te aconsejará el mejor tratamiento a seguir.