La sensibilidad dental es un problema frecuente
Uno de los problemas dentales más frecuentes en las visitas al dentista es el de la sensibilidad dental. Sentir dolor al probar alimentos muy fríos o calientes, tomar un helado, cepillarse los dientes o exponerse al aire es para muchas personas una experiencia dolorosa.
La sensibilidad dental es una alteración que afecta a los dientes cuando sus nervios quedan “al aire libre” por alguna razón. Normalmente, se siente un dolor muy intenso y localizado, que responde a una reacción externa y que desaparece en cuanto el estímulo deja de tener contacto con el diente o la zona sensible.
La sensibilidad en los dientes puede deberse a muchos factores e, incluso, en muchos casos se debe al desgaste en el esmalte dental que protege la corona (la parte visible del diente). La raíz de los dientes queda expuesta a la retracción de las encías y los miles de canales diminutos que van al centro del nervio dental (pulpa) se resienten.
Pero, hay factores de riesgo como la recesión gingival, la ingesta de una dieta ácida, un historial con muchos tratamientos periodontales y de ortodoncia, el reflujo gastroesofágico, el blanqueamiento dental o el uso de pastas blanqueadoras durante un tiempo prolongados, el bruxismo o rechinamiento de dientes que ocurre de forma inconsciente mientras dormimos, el mal alineamiento de los dientes y la enfermedad periodontal (enfermedad en las encías), que también predisponen a la hipersensibilidad dental.
Por ello, realizar un diagnóstico del problema con el odontólogo para determinar la causa de la sensibilidad dental y poder tratarla de manera eficaz, es fundamental ya que, además, hay algunos problemas dentales cuya sintomatología es similar a la sensibilidad dental (como un diente fracturado, una oclusión traumática, una caries, la gingivitis, la pulpitis o los cambios en el flujo salival), y conviene descartarlos. Pero, en cualquier caso, es importante saber que los dientes sensibles generalmente pueden tratarse de forma exitosa.
Medidas para controlar las molestias
Así que mientras pides cita a tu dentista para que te mire, puedes ir tomando algunas medidas que te ayudan a controlar las molestias que se generan, como:
1) Moderar los alimentos que consumes. Disminuir la ingesta de alimentos o bebidas frías, calientes, ácidas o con un alto contenido en azúcar, y bebidas carbonatadas y energéticas, debido a que empeoran y prolongan la sensibilidad.
2) Cambiar de pasta dental. Las pastas dentífricas para la hipersensibilidad actúan de modo desensibilizante y el flúor que contiene actúa protegiendo el diente. Recordemos que la pasta dental es un elemento que ayuda pero no es una forma de tratamiento.
3) Utilizar un cepillo dental de cerdas muy suaves. Con él debes realizar el cepillado de los dientes mediante suaves movimientos de arrastre, colocando el cepillo en el margen de la encía con un movimiento de barrido hacia el borde del diente, en orden tanto de superficies externas como internas.
4) Evitar malas costumbres como el uso de palillos de madera o utilizar tus dientes como si fueran herramientas (morder o rasgar un envase para abrirlo). Tampoco favorece fumar, beber en exceso o masticar con excesiva fuerza durante las comidas.